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Bernacki criticó los cánticos políticos en misas: «Fue una profanación»

El monseñor expresó su postura ante los cantos contra el Gobierno nacional en iglesias de Buenos Aires y llamó a «superar las grietas y unirse por el bien de la comunidad».

Luego de que trascendiera que hubo cánticos contra el Gobierno nacional en misas que se celebraron en iglesias de San Cristobal y Constitución, en Buenos Aires, días atrás, el vicario general y moderador de la curia eclesiástica de Salta, monseñor Dante Bernacki, expresó que es necesario hacer un «mea culpa» respecto de esta situaciones.

«Por ahí es como que nosotros no nos miramos al espejo. El tema de los curas villeros y demás en Buenos Aires, haciendo misa con imágenes políticas y demás fomenta todo esto. Perdonen la expresión, lo voy a decir abrutamente pero la culpa no viene del chancho, sino del comer. Entonces, si vos brindás un espacio y tomás la misa, es lo más sagrado. Eso fue una profanación», sostuvo Bernacki.

Y añadió que no se trata de una cuestión sobre la cual la Iglesia tiene que pedir disculpas, sino que va más allá de eso. «Yo creo que hay que hacer un acto de desagravio. Fue una desubicación absoluta, pero, como digo, muchas veces fomentada también de ciertos ámbitos de la Iglesia», manifestó.

«Esto es parte de la miseria humana, de utilizar lo sagrado, que tiene que ver con la reconciliación, con la unidad y demás, para fomentar la división. No tiene sentido. Es realmente la contradicción más absoluta. La Iglesia, la eucaristía está para unirnos, no para dividirnos», recalcó.

Además, se refirió a los próceres de la patria, en el marco de los feriados que acontecen esta semana. «A nuestros padres de la patria le hemos pagado realmente muy mal. Ellos le dieron todo y sin embargo, producto de las grietas es donde esta el núcleo de esto y las grietas persisten», aseguró.

Y recordó que cuando el Gral. San Martín, tras su exilio intenta volver a Argentina se da cuenta que está dividida entre unitarios y federales. «Encuentra una lucha fratricida en realidad entre hermanos. Se vuelve a Francia y muere. A Belgrano lo último que le quedaba era su reloj. Le pagó al médico que lo atendía y murió en la última pobreza. Incluso donó lo que le correspondía para las campañas para escuelas. A Martín Miguel de Güemes que lo celebramos hoy, un hombre con un carisma muy grande, liderazgo, lo atravesó una bala traicionera. No hemos aprendido de la historia», aseguró.