En Salta se está pergeñando una nueva modalidad del choreo, además de los ya conocidos motochorros, polichorros y chorros a secas, ahora se vienen los equinochorros: ladrones montados a caballo. Detuvieron a un joven que robó un teléfono y luego huyó al galope.
La recordada frase de Llanero Solitario (que traducimos fonéticamente) con la que se despedía mientras galopaba hacia el horizonte bien podría ser adoptada por los cacos montados que hacen de las suyas aprovechando la tracción a sangre.
En agosto pasado los avezados redactores de la web oficial de prensa de la cana nos informaban que un grupo de montados asaltaban en la zona del barrio San Remo, luego fueron atrapados 2 de los 6 equinochorros tras una denuncia por el hurto de un bolso. Resultaron ser dos menores (11 y 14) los que cayeron. No se informó si eran ellos o simplemente pasaron por perejiles. Tampoco se dijo nada de las pertenencias sustraídas.
Ahora el escueto informe policial, que casi no dice nada, indica que nuevamente un menor de edad fue detenido en circunstancias similares: por el robo a caballo de un celular, cometido en contra de otra menor, cuya madre fue a realizar la denuncia en la Sub Comisaría Asunción, donde especificó que fueron 4 personas las involucradas en el robo (todos montados), pero sólo se detuvo a un menor, todos residían en el barrio Los Olivos, hasta donde se dirigieron los azules para detener al acusado.
Según informaron el mozalbete fue puesto a disposición del juzgado de menores Nº 3.