En su paso por Bariloche, el gobernador Juan Urtubey volvió a manifestarse a favor de la despenalización del aborto, al tiempo que respaldó la iniciativa de separar de la Iglesia del estado.
El primer mandatario, quien hasta el año pasado defendía la educación religiosa en las
escuelas públicas de Salta bajo la excusa de que es una “cuestión cultural”, sumó un nuevo
capítulo a su reciente “giro progre” en una visita a Bariloche. Allí, algunos periodistas le
consultaron sobre el proyecto para el aborto legal, que tendrá su día clave en el senado el
próximo 8 de agosto.
El salteño volvió a reafirmar su postura a favor, sin embargo, sostuvo que “aún falta un largo debate”. Pero lo que más llamó la atención, sin dudas, fue su pronunciamiento respecto de uno de los debates que la sociedad en su conjunto se dispone a debatir por estos días: la separación de la iglesia y estado.
”Estamos en el siglo 21, es obvio que así tiene que ser (…) son cuestiones que ya, de hecho, están saldadas” sostuvo el mandatario de estrechos vínculos con la curia local. Sus dichos contrastan fuertemente con algunas realidades no tan lejanas; como la donación de tres hectáreas y media que el estado realizó a la iglesia en 2015, para la construcción de un colegio confesional y una parroquia en la zona de San Remo. En 2014, el gobierno formalizó la cesión de 130 hectáreas a la iglesia católica para la creación de un centro de rehabilitación. El predio actualmente no cuenta con la infraestructura correspondiente y, a pesar de funcionar en un terreno cedido por el Estado, cobra por sus servicios.