Laura Asaro tiene 48 años, es pintora, fue invitada a exponer su obra en la legislatura y propició la apertura de una sala para los/as artistas en el palacio legislativo. Hace unos años dejó de trabajar en un banco y emprendió el camino del arte.  (Claudia Alvarez Ferreyra)

Asaro fue quien propició la apertura de una sala para los/as artistas en el palacio legislativo, mediante un proyecto que presentó hace dos años, ante la necesidad de exponer su trabajo. La muestra de la primera parte de «Circule» se hizo en aquella oportunidad; lo que se exhibe ahora es una continuación de esa serie que también está dentro del marco del Abril Cultural salteño. La obra tuvo proyección internacional cuando fue exhibida en el consulado argentino de Nueva York durante 2017. Para la artista, este es un «cierre» de «Circule» puesto que viene trabajando hace un año en una serie nueva «Astrolabio», que se lanzará el 20 de mayo en la Casa de la Cultura. En diciembre, Laura Asaro estará representando a Salta y al país en Atenas.

Desde la exposición de Asaro por primera vez en la legislatura, pasaron 26 otras muestras de distintos autores/as. El martes abrió la primera sesión en la Cámara de diputados/as y la artista fue invitada a mostrar su trabajo. La acompañó el director de Pro Cultura Salta,  Roberto Salvatierra, quien pidió a los/las legisladores/as una ley de mecenazgo «en nombre de muchas empresas culturales y funciones independientes e intermedias. Hoy nos sentimos atravesados, las pequeñas empresas de cultura, las Pymes que generan espacios culturales que a veces son garage, casas de familia, necesitamos cuanto antes que salga la ley de mecenazgo porque eso nos ayudaría en esta situación. Pido a los representantes de cada uno de los bloques políticos que traten de dialogar, de gestionar este pedido, porque no se imaginan lo difícil que resulta todos los días abrir la puerta de Pro Cultura Salta y mantener esa vigencia». Asaro apoyó esa solicitud, sosteniendo que sería muy importante para los/a artistas plásticos/as pero puso énfasis en la necesidad de autogestión.

Las obras de Asaro son autobiográficas y abstractas, se distinguen por su amplia paleta, el protagonismo de la textura, y la multiplicidad de capas que crean profundidad en los planos.

«¡Circule!. Entre irse o quedarse» es un trabajo de dos años. «El movimiento circular representa la vuelta a uno mismo. Volver a la fuente, al lugar donde están las respuestas. Circular es escuchar el alma, tomar el control de tu propia vida, dejar de andar a la deriva. Asumir el costo de las elecciones, porque siempre hay costos. Pero al conocer y comprender la propia esencia, todo cobra un nuevo sentido. Circule a su antojo en la vida, hacia todos los círculos que pueda recorrer. Lo que se estanca se descompone, cuando algo CIRCULA está en movimiento y eso es crecimiento. Es no quedarse quieto. Circular es vivir. Es renacer», dice en la introducción a la serie de pinturas.

Asaro nos cuenta que pinta hace 25 años. A los 40, siendo empleada bancaria, después de que falleciera uno de sus hijos, dejó ese trabajo para abocarse de lleno a lo que le apasionaba: «Decidí vivir como quería y no como debía, dejé el banco donde trabajaba, super seguro, pero que me ahogaba y dije un día ‘basta’. Me costó, fue durísimo pero tenía muy claro qué fortalezas y debilidades tenía como persona y como artista que empezaba». Para Asaro, el arte «salva, sana y une», pero además «debe servir para algo más que estar colgado en la pared», se orienta por un perfil de «arte social».

Al entrevistarla, explica: «Mis obras son autobiográficas, todo lo que ves está hablando de mí, lo decidí así, es mi forma de escribir la vida, y de gritar lo que siento y que la gente se entere a medias. Esta muestra es como simbólicamente la unión de las últimas dos obras que yo trabajé. Cuando abrieron la sala de la legislatura fue por un proyecto que presenté para mostrar la serie. Al proyecto lo aprobaron y la idea era dejar abierta una sala para que se mostrara «Circule» pero después siguieron otros artistas. En ese momento, no fue un capricho, a un mes de estar por presentar en un museo la serie «Circule» después de un año de tener pedida la sala me bajaron la fecha, tenía un año y medio de trabajo, con sponsors, compromisos con algunas marcas que me iban  a apoyar. Entonces decidí, no sin sentirme mal, que tenía dos opciones: o me enojaba y salía a buscar una fecha en otro lado lo cual significaba que como ya estaba todo tomado en los lugares para mostrarse, no le iba a hacer lo mismo a otro artista, no le iba a ir a sacar la sala  a otro. Dije bueno, entonces en vez de enojarme, esto tiene que servir para algo positivo porque es mi forma de vivir, las cosas pasan por y para algo. Me senté en la galería de mi casa, a pensar- qué lugar en Salta que tenga suficiente espacio, que sea de acceso público, puede llegar a ser o tener ganas de abrirse a ser una sala de exposición y se me ocurrió la legislatura, vine con el proyecto, el Dr. Santiago Godoy lo recibió, me llamó y me dijo ‘¿qué necesitarías?’ el espacio Dr. porque esto es bueno para ustedes y para nosotros los artistas que nos podemos mostrar. Para ellos, porque esto es agregar color, vida, para la gente en la calle que a este edificio no entra porque es el palacio legislativo».

Laura nos habla de su forma de concebir el arte, y ejercerlo: «vender un cuadro es importante pero trascender pasa por tocar el alma de una persona. A través de cada cuadro y de cada artista hay una historia de vida, de situaciones, no solamente de mi obra, de un montón de artistas». Sostiene que «el arte debe estar al alcance de todos para verlo, vivenciarlo». Asimismo, en la carrera hay que reinventarse todos los días, «ponerse a laburar, generar espacios nuevos, colgarse en la pared que haya, ponerse en manos de la gente. No esperé que me vengan a buscar, yo salí a buscar mi trabajo cuando decidí vivir del arte, nosotros tenemos que gestionar nuestra carrera, eso no te lo enseñan en la escuela de bellas artes. A veces te sale bien, a veces no, el tema de emprender, ser metódica, perseverante, tener tolerancia a la frustración,  por una vez que te dicen que no, no te podés venir abajo».