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Andrea no quería ser mamá

Andrea es abogada tiene 35 años y vive en pareja hace casi diez. Habla de lo que significa para ella vivir con la “cruz” de no querer ser madre en una sociedad que exige la maternidad como camino de realización. (Gastón Iñiguez)

Andrea tenía 8 años cuando su niñera, a la que adoraba profundamente, le regaló una muñeca “Yolibel”, de esas que aparecían en la tele y costaban su buen dinero. Norma, la niñera, no tenía hijas mujeres así que se conformaba con depositar en la niña ajena siglos de adoctrinamiento patriarcal a través de ese símbolo aparentemente inocente.

Andrea agradeció de manera educada y recuerda aún hoy que la situación la había dejado completamente perpleja: “Qué hago con esto”, se preguntó mientras la entusiasmada cuidadora le mostraba los secretos del cambio de pañal en el bebote de plástico. Luego, la niña entró a su cuarto y depositó el regalo en una repisa y el juguete quedó en el olvido. “Nunca me interesó la idea de tener hijos, como tampoco me interesaba saber sobre la vida de los esquimales”. Crecer con esa idea fue algo difícil por salirse de la norma aceptada para una mujer; se empezó a sentir peor cuando sus amigas se embarazaron casi al mismo tiempo. Ahí es cuando comienzan a surgir las preguntas del tipo… ¿Y vos, para cuándo?: “Cuando les respondes que no te interesa, la gente, en especial otras mujeres, no sólo te miran raro sino que también te atacan diciéndote que sos una egoísta y por supuesto comenzás a replantearte las cosas; capaz tengan razón en que vivo equivocada. Después me doy cuenta que no es así, que ellas ni siquiera se plantearon si querían o no tener hijos; simplemente respondieron al designio impuesto por la sociedad”, comenta. A partir de ello Andrea relata un decálogo de cosas que te pasan cuando no querés tener hijos:

1- Discriminación en el mercado laboral: A la hora de buscar trabajo en muchas entrevistas te tildan de irresponsable y los que sienten pena o compasión te largan un: “ah, peeerooo entonces…es él que no quiere… ¿¿no??”

2- Ofensa: “¿¡PORQUEEEE!?” “¿¡Cómo no te van a gustar y no vas a querer si es lo más hermoso que hay!?”… Y una no entiende por qué se ofendieron y trata de explicar. Pero como explicar algo que no te gusta, no te interesa… es como intentar explicar que no te gusta el chocolate o el helado.

3- Podés quedar fuera de la repartija de aureolas: En la Iglesia el fundamento del matrimonio es “el amor mutuo” y “la procreación”. Si sos católico y estás casado no podes no tener hijos y cumplir con el mandato divino e ir al cielo. Ergo… las que terminaron su edad fértil sin haber conseguido reproducirse; las que se reprodujeron sin casarse (y sus parejas, a menos que la abandonen, se casen con otra y ahí sí tengan hijos); la/os que se casaron con alguien que resultó que no podía tener hijos o simplemente no quiere tener hijos, pueden ir buscando otras alternativas religiosas para la salvación de su alma.

4- En realidad no sos mujer. El pensamiento machista considera que si sos mujer no tenes elección, el “instinto materno” te obliga. Si no lo seguís, vas contra las leyes de la naturaleza y no las de una sociedad que te dice qué “tenés que hacer” para ser mujer. Tampoco sos mujer si no “te gusta” limpiar tu casa, recibir visitas, cocinar, maquillarte, comprar ropa, pintarte las uñas… Aquí Andrea hace un alto y recuerda cuando un día se levantó sin ganas de maquillarse y su último jefe, que hasta ese momento nunca le había dicho nada, paró en seco en medio de sus actividades y le hizo saber que la “prefería” maquillada.

5- Te vas a decepcionar de algunas personas. Ejemplo: un ex me muestra una foto suya de niño con la “advertencia” de que no podía quedármela. Aja, ok, no hay drama. No soy pedófila. Me gustás vos…ahora, adulto. Una lástima haberme dado cuenta de que creas que porque soy mujer “colecciono” fotos de niños y me pongo como loca cuando veo alguno.

6- Tendrás miedos: Empezarás a cierta edad a preguntarte ¿me seguirán queriendo mis amigas cuando se embaracen y tengan a sus hijos? Yo no sé nada del tema “maternidad e hijos” ¿Les serviré para algo como amiga? ¿De qué vamos a hablar ahora?

7- Te recrearás en persecutas mentales patéticas: “si mi marido me engaña y embaraza a otra… ¿¡se enamorará y la querrá más a ella?!”. Nuevamente: el machismo promoviendo  la competencia entre mujeres haciéndonos olvidar que el gran premio que es su “amor” no vale nada si no te respeta.

8- Tendrás que aguantar alguna de las siguientes preguntas-conclusiones-amenazas y ponerte creativa con las respuestas: No te vas a sentir completa nunca/ Tu matrimonio no va a durar / ¿Para qué te casaste entonces? / Tenés problemas psicológicos / Odiás a los niños / Te debe haber pasado algo traumático de chica / Inconscientemente tenés miedo de tener hijos / etcétera…

9- Te querrán convencer de que en realidad sos lesbiana: Y sí; es lo que pasa naturalmente cuando no querés tener hijos y decidís ir en contra de lo preestablecido…te comienzan a gustar personas de tu mismo sexo. Súper lógico.

10- Llegarás a una nueva definición de “familia”: Familia es una pareja con o sin hijos o con un perro o gato; una pareja homosexual; una persona sola y su mascota; un trío, y a la conclusión de que en definitiva son somos tan distintos. Qué sencillo sería si todos fuéramos más tolerantes.

“Para la sociedad patriarcal si portás una vagina solo sirve para tener hijos; vos no cogés por placer, cogés para procrear y en el trayecto tratá de pasarla bien… fingí orgasmos sino; no vaya ser cosa que el hombre se sienta mal”.