El dirigente de Tartagal había ido a caretear un rato y le salió el tiro por la culata. El fin de semana pasado obtuvo una reacción que no esperaba.

Hay cosas que no se van a olvidar jamás. Una de ellas es que en el momento en que había que bancar los trapos para que se apruebe el proyecto de legalización del aborto, el diputado por el Frente para la Victorial, Sergio “Oso” Leavy decidió votar en contra. Antes se había sacado su fotito con el pañuelo verde en el brazo, pero a la hora de la verdad no dio el voto a favor.

Por eso, la semana pasada, durante la presentación del libro de Horacio Verbitsky, el diputado nacional sufrió alto escrache. En la legislatura, varias personas remarcaron el voz alta que Leavy había votado en contra de la ley.

Así narró Verbitsky el hecho: Un hombre robusto y con bigotes escuchaba con atención. El pibe (Matías Hessling) lo advirtió y me explicó que era el diputado nacional por el Frente para la Victoria Sergio Napoleón Leavy, a quien increpó: «Mañana repondrán el crucifijo en un lugar donde no tiene nada que hacer». Otras personas intervinieron. Entre ellas, un par de chicas con sus pañuelos verdes. Una me informó que Leavy apoyaba la clandestinidad del aborto y la penalización de la madre. El diputado explicó que había votado según su conciencia, lo cual dio lugar a una discusión acerca del mandato que había recibido al ser electo como representante del kirchnerismo.

Las chicas cerraron el diálogo cantando: Aborto legal, en el hospital.

La votación de Leavy se vivió como una traición. Y las traiciones no se olvidan.
Nunca.