Ya casi nadie quiere decirle “Topo” al ex futbolista y ahora funcionario Marcelo Cil. Y es que mientras mas se lo investiga más propiedades se le encuentran. Es un hueso duro de roer y fue y tal vez siga siendo una pieza clave en todo el armado del ministro Parodi para los manejos con los intendentes. (Gonzalo Teruel)
El humor cordobés inmortalizó un apodo para la política argentina cuando definió al ex gobernador y ex candidato presidencial Eduardo Angeloz como “aloe vera”. Es que mientras más lo investigaban, más propiedades le encontraban. El apodo, casi un alias en la jerga policial, se aplica desde entonces a todos aquellos funcionarios que tienen dificultades para explicar su patrimonio. En Salta, el ex futbolista y actual funcionario público, Marcelo Cil, bien puede recibir ese mote de “aloe vera”.
Al menos así lo entiende el inefable dirigente radical Carlos Saravia. “En las manifestación de bienes que hizo, solo declaró 2 inmuebles y 2 automóviles, pero en un relevamiento en las oficinas de Inmuebles de Salta y de Jujuy aparecieron 3 casas más y otros bienes”, comentó semanas atrás Saravia a varias emisoras radiales. Ocurre que Marcelo “el topo” Cil es investigado en sede judicial y también en oficinas administrativas bajo la sospecha de haber incurrido en evasión impositiva y enriquecimiento ilícito, entre otros cargos penales.
“En declaración jurada de 2012 menciona dos inmuebles pero ya tenía, al menos, cinco, es decir que el falseó la declaración y omitió tres inmuebles”, añadió “Uluncha” Saravia que, a partir de la publicación de esa DDJJ en FM Capital, realizó una denuncia penal. Lo que el denunciante sospecha es que Cil no puede justificar enriquecimiento que evidenció en los últimos años.
Patea con los dos
Después de abandonar la práctica profesional del fútbol, Marcelo Cil ocupó distintos cargos en la administración pública. Un rápido repaso por el Boletín Oficial revela que durante la gestión de Juan Carlos Romero, en 2005, obtuvo un contrato de locación de servicios con el Ministerio de Hacienda y en 2006 fue nombrado gerente del IPS; ya con Juan Manuel Urtubey en la gobernación, en diciembre de 2007, fue designado coordinador del Ministerio de Finanzas y condujo la Unidad de Coordinación de Obras en Municipios desde dónde saltó a la estratégica Secretaría de Asuntos Municipales que encabezó valija en mano entre 2011 y 2013.
Desde entonces está al frente de la Comisión de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta. Además del fútbol, nadie le conoció otro trabajo por fuera de la administración provincial. Sin embargo, consultado al respecto, el propio Cil explicó que siempre tuvo buen pasar y ratificó que sus dineros los hizo sobre el verde césped. “Yo cobraba mucha plata. Cobraba unos 3 mil dólares cuando jugaba”, dijo sin agregar que esos dólares eran, fantasía menemista mediante, pesos. Sus 3 mil dólares eran 3 mil pesos y, nobleza obliga, eran mucha plata pero no como para justificar la adquisición de tantos inmuebles y vehículos.
Además de la justicia, al funcionario lo sigue de cerca la AFIP por una eventual violación de la ley penal tributaria. En el expediente abierto en las oficinas locales del ente recaudador están bajo investigación Cil y su ex cónyuge María Silvina Ucci, sospechados de evadir impuestos al declarar valores menores de los reales en la compra de inmuebles.
“En 2006 fue condenado a pagar $20 mil por lesionar a otro jugador en el campeonato de Los Profesionales y no tuvo para pagar por lo que la justicia le embargó bienes muebles ya que tampoco tenía inmuebles”, detalló Saravia y explicó, ergo, que las propiedades las adquirió siendo funcionario público y en los últimos años. Tanto cambió su situación económica que en 2011, de acuerdo a datos de la Cámara Nacional Electoral, aportó $4.500 a la lista del Frente para la Victoria en las campañas de las elecciones legislativas primarias y generales.
“Es un hueso duro de roer, fue y tal vez siga siendo una pieza clave en todo el armado del ministro Carlos Parodi para los manejos con los intendentes”, explicó un abogado especializado en asuntos de control público al advertir las dilaciones que la justicia mantiene en el expediente del ex futbolista. En efecto -después de algunos tironeos entre la justicia provincial y la federal- el fiscal de Delitos Económicos Complejos, Guillermo Akemeier, instruyó el expediente recibiendo numerosas críticas por demorar injustificadamente la investigación.
Ahora, con Akemeier marchando hacia otro despacho judicial -la Fiscalía de Impugnación- la causa contra “el topo” Cil puede dilatarse aún más y mantiene un futuro incierto.