La situación sanitaria respecto al COVID 19 en un país tan grande como el nuestro, difiere de acuerdo al lugar.

Es así que el gobierno de Corrientes dispuso que a partir de ahora se exigirá la presentación de un hisopado, pagado por el interesado en ingresar a Corrientes. El test tendrá un costo de 5.390 pesos. El Secretario General de la Gobernación, Carlos Vignolo, informó que «no pagará por los test el personal de salud, miembros de las fuerzas de seguridad, funcionarios y transporte automotor». El gobierno que encabeza el radical Gustavo Valdés destinará lo recaudado del costo de los hisopados a «una cuenta especial para solventar gastos vinculados a la pandemia». La realización del testeo «no exime del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio». Recordemos que Corrientes se encuentra en una situación privilegiada ya que cuenta tan solo con 244 casos de los cuales 163 ya están recuperados y sólo cuenta con 2 fallecimientos en su haber. A pesar de su cercanía con Chaco que en este momento es una de las más afectadas del país. Corrientes cuenta con 8 puntos de ingreso a la provincia: por el puente Belgrano, desde Resistencia, por la Ruta Nacional N°12, desde Posadas, por la Ruta Nacional N°14, también Misiones, por Colonia Liebig, también Misiones, por la Ruta Nacional N°14, al límite con Entre Ríos, por la Ruta Provincial N°127, al límite con San Jaime de la Frontera, por la Ruta Nacional N°12, al límite con La Paz y por Sauce, al límite con San José de Feliciano, Entre Ríos.

En Jujuy es otra la historia, el gobernador Gerardo Morales admitió que una parte del sistema de salud público de Jujuy “está colapsado” y solicitó el auxilio de las obras sociales y las organizaciones de la sociedad civil para enfrentar la pandemia, que en la provincia parece haberse desmadrado. Según el reporte del Comité Operativo de Emergencias (COE) ya suma más de 3 mil infectados y 85 muertes. Vale recordar que el Ejecutivo provincial había dispuesto hacia finales del mes pasado el retorno a la Fase 1, pero la medida no dio sus frutos. Al 26 del mes pasado sumaba un total de 1452 casos y 44 muertes, lo que muestra que las cifras en ambos casos se duplican cada 12 días. Los cuerpos, en algunos casos, permanecen en sus casas por más de 48 horas sin ser retirados.

Lo paradójico es que, de marzo a junio, Jujuy se había establecido como una “provincia modelo”. No había registrado contagios y los más optimistas vaticinaban con trasladar la liga argentina del fútbol hacia allí porque se trataba de un área libre de coronavirus. A mediados de ese mes se identificaron a los primeros infectados y en el presente se trata de una de las provincias más afectadas, con una curva pronunciada. En los pueblos del interior la situación se agrava y el abandono de las autoridades es total, ni siquiera hay bolsas para enterrar los cadáveres.

Mientras tanto en Buenos Aires, Axel Kicillof y Horacio Rodriguez Larreta, tratan de terminar de acordar la proxima etapa de la cuarentena. Ambos tienen ideas similares. Kicillof está convencido de mantener a todos los municipios del conurbano en la Fase 3. No retroceder, pero tampoco avanzar. El crecimiento de los contagios y el nivel de ocupación del sistema sanitario lo obligan a quedarse donde está. Rodríguez Larreta tiene la intención de incorporar deportes individuales, como el tenis, el golf el remo, el automovilismo y el turf, y habilitar un puñado de comercios en Once, Retiro y Constitución. Darle una muestra a los porteños de su voluntad de flexibilizar. Lo que resta es encontrar el punto de equilibrio entre las dos posturas. La decisión de no flexibilizar la cuarentena parece estar tomada en provincia de Buenos Aires. Sin embargo, Kicillof realiza la misma serie de consultas que hace antes de la extensión del aislamiento. Una reunión con el comité de especialistas que lo asesoran, otra con los intendentes del conurbano y la tercera con el presidente Alberto Fernández y Rodríguez Larreta.

La última vez que Kicillof se reunió con los expertos fue el 28 de julio. El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan explicó que si no se mantenía la cuarentena tal como estaba, se corría el riesgo de que el sistema sanitario se colapse en la segunda quincena de agosto. Los expertos apoyaron la teoría y le dijeron al Gobernador que la mejor opción era quedarse donde estaba. Aquel día la provincia de Buenos Aires registró 3351 contagios de coronavirus en 24 horas. El número fue en ascenso día a día. El último viernes, fueron 5200 y este lunes llegaron a 5402 casos. En el último reporte del martes la cantidad de contagios bajó a 4.576, pero aumentó el número de muertes. En un día fallecieron 193 personas. Al mismo ritmo avanzó la ocupación del sistema sanitario, tanto en las camas para pacientes intermedios como en las de Unidad de Terapia Intensiva. En el AMBA hay 2918 camas de Terapia y, según el último reporte del Ministerio de Salud, está ocupado 68,6%.

En el territorio porteño están en otra sintonía. Estiman que en dos semanas la curva de contagios podría ingresar en una meseta y que se podrá seguir con el proceso de apertura que tienen diseñado. El gobierno de Rodríguez Larreta está enfocado en avanzar en la flexibilización de actividades. las que se puedan. Pero avanzar. Los números siguen siendo altos pero en una meseta, entre los 1200 y los 1500. El gobierno porteño cree estar en el pico.

Más allá de que caminan por sendas diferentes, Kicillof y Rodríguez Larrera, tienen claro que están transitando el pico de contagios y que no tienen margen para permitir que aumente la circulación de personas. 

Rodríguez Larreta se guía por el conjunto de elementos epidemiológicos que demuestran que la curva de la ciudad está madura y es cuestión de semanas que empiece a descender. Kicillof tiene la idea de mantener la cuarentena quince días más. Sin cambios. Sin flexibilizaciones. Algunos intendentes de Juntos por el Cambio tienen pensado pedirle que abra un puñado de actividades que no generarán grandes cambios en la circulación y que no funcionan desde marzo.