Los cajeros del banco de Jorge Brito están más sucios que los baños del Mercado.

Unos científicos en Nueva York testearon los cajeros automáticos, para ver cuántos gérmenes había. Detectaron que son igual de sucios que el picaporte de un baño. Sería bueno que ese estudio lo realizaran acá, donde los cajeros son inmundos y, para colmo, ni siquiera tienen, la gran mayoría de veces, billetes de quinientos ni de mil pesos. Es tan grave la situación que ni siquiera el cajero de avenida Sarmiento, al lado de la guardia del Hospital del Milagro, tiene alcohol en gel.

La competencia de la inmundicia sería difícil: Cajero del Macro vs. Bondi que vuelva de Vaqueros a tarde noche en verano.

El estudio mencionado fue realizado en el país de la estatua de la libertad, que, vale decir, siempre algo adelantado está.  Conclusión teniendo en cuenta la investigación: el cajero puede ser una fuente de contagio, teniendo en cuenta que el virus se propaga también si una persona toca una superficie u objeto que tenga partículas virales y luego se toca la boca, la nariz o los ojos.