Igual que los verdugos de los civiles fusilados en José León Suárez, en 1956 durante el frustrado levantamiento de Valle, los funcionarios municipales actuaron en función de una ley que todavía no estaba en vigencia. 

«Operación Masacre» de Rodolfo Jorge Walsh reseña con precisión uno de los síntomas de autoritarismo de la Revolución Libertadora que se proclamaba restauradora de un orden perdido. Walsh contrastó los registros de la proclamación oficial en cadena nacional de la Ley Marcial con los horarios de ingreso de los detenidos, luego fusilados en el sumidero de José León Suárez. La detención fue ilegal, se realizó antes de que se hubiera puesto en vigencia la Ley Marcial.

En el mismo yerro incurrieron el fin de semana pasado los funcionarios municipales del área de Control Comercial, comandados por Nicolás Avellaneda.

Un día antes de que entrara en vigor la ordenanza 13.625, que prohíbe los boliches en el Paseo Balcarce, los sabuesos comunales, diestros en depurar las calles de artistas y manteros, clausuraron dos boliches haciendo regir una ley que no estaba vigente.

La medida recayó en los boliches One y Amnesia. Consultado por La Gaceta, el subsecretario de Control Comercial, Nicolás Avellaneda, explicó que «el viernes a la noche hubo un procedimiento y se clausuró One y Amnesia. Hubo una confusión, no se actuó de mala fe y los empresarios así lo entendieron».

La torpeza, no obstante, fue remarcada por los empresarios afectados en su descargo ante el Tribunal de Faltas, que decidió dejar sin efecto la sanción dispuesta por los dirigidos de Avellaneda, precipitados contra los boliches pero holgazanes contra la pirotecnia (ordenanza 15.280).