Las dos áreas con peor desempeño de la gestión saenzista tuvieron una semana de sacudones y cambiazos. Seguridad y Aguas del Norte estuvieron a punto de consolidar un papelón: El traspaso del ministro de Seguridad al directorio de la empresa. La operación «Pulleiro Papers» evitó el bochorno, pero si pasaba… pasaba.

El punto de ebullición en el que han entrado diversas áreas del gobierno de Gustavo Sáenz abre interrgogantes en relación al plazo prestablecido para redefinir el gabinete. La tradición indica que el período post-electoral es el oportuno para plantear una «oxigenación» de la gestión. Y aunque en la primera mitad de su mandato el primer mandatario no se caracterizó precisamente por meter los cambios a tiempo, la enorme ineficiencia en sectores puntuales de la función pública amenaza con horadar todavía más la valoración de la gestión gustavista.

Los sacudones en dos de las áreas más cuestionadas del gobierno se dieron en un intervalo no mayor a las 48 horas en la semana que concluye. La eyección de Juan Pulleiro de la cartera de Seguridad y el arribo de Abel Cornejo a la misma se confirmaron el lunes 25 a primera hora, mientras que el miércoles 27 se especuló con su aterrizaje nada menos que en el directorio de Aguas del Norte. Horas antes, los portales filo-gubernamentales auguraban el retiro anticipado de Luis García Salado de la presidencia del organismo.

Todo tiene anclaje en la realidad palpable. Cada mes, la empresa recibe un promedio de 10 mil reclamos desde diferentes puntos de la provincia. Un porcentaje menor de ese total llega a responderse y una proporción todavía más ínfima encuentra en dicho trámite una solución concreta a su problema. La desatención es tal que, a fines del año pasado, la jueza en lo civil y comercial 1 de Tartagal, Griselda Nieto, dispuso aplicar una astreinte (multa diaria) de $5000 a la empresa por cada reclamo que no atienda de usuarios que necesiten asistencia de agua por otras vías distintas a la red domiciliaria.

Como cada año en esta época, a la hora de dar explicaciones públicas, los argumentos parecen sacados del cajón y calcados de gestiones anteriores: la falta de lluvias y el aumento del consumo como consecuencia de las altas temperaturas. ¿La solución? cortar el servicio por un lapso de 12 horas cada noche a partir de las 20 en varias zonas de la ciudad. El desencanto de los usuarios se tornó incontenible.

En Capital, según afirmó García Salado, el 45% del agua se pierde por roturas de caños, lo que lleva a que barriadas enteras se queden sin servicio como producto de la evidente desinversión. También recalcó el funcionario que el formato de Sociedad Anónima implica el pago anual de 220 millones de pesos en concepto de impuesto a las ganancias, cifra que se suma a los $400 millones de deuda que la empresa presuntamente heredó de la gestión «U».

 

Cuestión de privilegios

Pero a pesar de la insistencia de García Salado y compañía en culpar a la lluvia, a nadie escapa que el déficit estructural en el servicio de agua potable en Salta obedece a la escasez de inversiones, una omisión sostenida y prolongada en el tiempo. La evidencia de esta realidad se palpa en la rapidez con que acceden al servicio las urbanizaciones que se abren paso en distintos puntos de la provincia, muchas veces a instancias de excepciones y transgresiones a la norma. En contrapartida, miles de familias se abastecen a diario a través de «aguateros» que llenan tachos y recipientes de plástico como en la edad feudal.

Entre los ejemplos más escandalosos de inequidad en el acceso al servicio se encuentra el municipio de Vaqueros. A escasos metros de la ruta 9, el grupo MDay desarrolla el exclusivo barrio «Lares de la Inmaculada». El proyecto despertó la angustia de cientos de vecinos que ven como las obras para abastecer de agua al barrio avanzan sin mucho preámbulo, mientras que ellos soportan cortes interminables y baja presión desde hace años.

El edil vaquereño Rubén Yapura explicó a Cuarto Poder que «las cañerías pasan por debajo de las casas de muchos vecinos que hoy no tienen agua. Hay zonas, en algunas calles puntuales, donde los vecinos se estaban quejando por no tener agua casi nunca y en otras por la baja presión».

El contraste es obsceno, pero algunos vecinos le hallaron explicación en el hecho de que el presidente de la empresa de agua tenga domicilio en el municipio. Otros fueron más específicos y señalaron a este medio que, entre los loteos demarcados por la firma MDay habría uno a su nombre. Lo cierto es que mientras todo esto ocurre, los vecinos deben organizarse para cavar sus propios pozos o acarrear agua desde la planta de Aguas del Norte. «El agua viene de arriba. Hay una boca que se abrió del rio Wierna y se llevó la cañería hasta la planta para abastecer a la zona alta», explica Yapura.

 

Pulleiro que sí, que no…

El frustrado desembarco del ex-ministro Pulleiro en el directorio de Aguas del Norte no hace más que confirmar que su retiro de la cartera de Seguridad no estaba entre las urgencias del gobernador Sáenz. El mini-escándalo de los «Pulleiro Papers» hoy se parece más a una estrategia para eludir el costo de un papelón asegurado. Nadie en su sano juicio podría esperar del ex-militar una gestión eficiente en un área que desconoce todavía más que la que dejó en estado misérrimo. Como sea, a esta altura alguien debería explicar a los asesores del saenzismo que la opinión pública se mide con encuestas y no contemplando las reacciones en portales oficialistas.

El reacomodamiento de Pulleiro se explica más por el tenor de su reemplazante que por ser un cambio estratégico en sí. Es allí donde cobra fuerza la idea de que el ingreso del ex-procurador al gabinete saenzista estaba sentenciado con anterioridad a la renuncia del coronel. Su última acción como jefe de fiscales fue ordenar un megaoperativo conjunto para allanar 18 propiedades del municipio de Salvador Mazza, donde quedó casi probado el enriquecimiento ilícito del intendente Rubén Méndez. Días después, desde Ciudad Judicial, anunciaría en conferencia de prensa su desembarco en el gobierno.

No son pocos los que trajeron a colación las aspiraciones políticas del ex-juez Federal como así también de la Corte de Justicia y nieto de Joaquín Castellanos. En más de una oportunidad dejó entrever su interés por involucrarse en la trama electoral.