El interventor Adrián Zigaran no logra calmar las aguas. Pablo Outes, mano derecha del gobernador Gustavo Sáenz, está viajando al municipio, para tratar de destrabar el conflicto.

El exintendente Jorge Prado, ahora detenido, dejó fundida la municipalidad y los conflictos no paran de estallarle al interventor Adrián Zigarán. Esta semana comenzó con un fuerte conflicto: pese a que se había dictado una conciliación obligatoria, varios empleados tomaron el edificio.

Se dice, también, que Adrián Zigarán estuvo por pelearse a golpes con uno de los dirigentes gremiales durante una reunión.

“Las medidas de fuerza tomadas en contra del municipio, no solo fueron de paro. Sino que además tomaron el establecimiento municipal, imposibilitando con ello el acceso de aquel trabajador y autoridades que quisieran desempeñar sus tareas”, dice un comunicado de la intervención. “Es importante dejar aclarado que el Sindicato de ATE persiste en mantener esta medida de fuerza totalmente incomprensible”, agrega.

Pablo Outes, mano derecha del gobernador Gustavo Sáenz, está viajando al municipio, para tratar de destrabar el conflicto.