“No estamos organizando una fiesta estamos organizando una jornada de lucha callejera”.
En los feminismos nadie tiene el derecho de inmiscuirse en las vidas ajenas, de señalar con el dedo a otra, a otre. Ese feminímetro es otro elemento más del patriarcado puesto en práctica por las propias mujeres. Como cuándo alguna compañera te juzga porque miraste a “su hombre”. Cosas banales sí las hay. Dentro de los feminismos sí hay diferencias, hay posicionamientos partidarios disímiles, hay posturas enfrentadas sobre las formas de vivencias comunitarias. Esas distinciones sin embargo no separan un objetico común que une a todos los feminismos y que tiene la causa final de buscar respeto, libertad y generar posibilidades de condiciones de vidas mejores. Siempre en el marco de respetar cómo cada persona busca vivir.
En nuestro país se lleva a cabo un debate urgente y necesario, también histórico y pese a que sea la segunda vez que ocurre, este 2020 podría ser el año que finalmente el aborto se convierta en ley y deje de estar en la clandestinidad. Según el conteo o “poroteo” como suelen llamarlo quienes van viendo cómo votará cada legislador, la cuestión viene peleada con 34 votos de senadores a favor y 34 en contra, 3 aún se encuentran indefinidos.
Para el 29 feministas están organizando diferentes actividades para acompañar igual que en 2018 y el debate de Diputados este año y seguir la sesión en diferentes ciudades del país. Los celestes también se están organizando y buscar hacerse presentes también en lugares públicos. Lo que lleva a que más que nunca hay que poner en práctica una red de cuidados, cuidarnos entre nosotras para no generar los conflictos que buscan quienes quieren que el aborto siga siendo clandestino.
A propósito de esto, de buscar cuidarnos entre todxs, de no buscar confrontaciones inútiles y a propósito de no decir a nadie cómo debe llevar a cabo su lucha frente a un derecho fundamental pero sí poner en ejercicio el dialogo y la reflexión para buscar que el 29 próximo sea un día histórico compartimos una reflexiones que escribió Fedra Torcisi, militante feminista trans e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Podrás compartirlas o no, lo importante es escucharnos entre nos:
“Ahora que ya estoy un poco más descansadita de los tres días sin dormir prácticamente sin comer y con los nervios al palo tengo algunas cositas que decir quizás algunas las sepan otras no. Voy a ser impopular pero bueno soy así.
Amo la respuesta de nuestro pueblo en la calle demandando exigiendo en el contexto de una pandemia, pero debo decir algo que seguramente muchas compañeras incluso no compartan, no es una fiesta, es el proceso de votación de una ley que va a generar un antes y un después en argentina y en la región una ley que salva vidas y otorga libertad, organizado por una cantidad de personas más mínima de las que imaginan, no es buen momento ni lugar para ponerse en pedo, ni drogarse ni estar del orto se generan situaciones que no podemos contener, gente descompuesta, lastimada, robada, muchos chongos que la situación de contexto los habilita para hacer cualquiera. No estamos organizando una fiesta estamos organizando una jornada de lucha callejera para acompañar el debate y es necesario tomar conciencia que este clima de fiesta y reviente hace que sea mucho más difícil organizar un evento de este tamaño.
Hacemos lo que hacemos por amor en virtud de generar cambios profundos en las estructuras patriarcales lo hacemos con conciencia y convencimiento pero también necesitamos una manito un apoyo un impulso a seguir, no somos una organización como cualquier otra somos una estructura política con una posibilidad de acción basada en los consensos con límites muy establecidos y somos un producto de la lucha en feminista. No somos un fantasma de la imaginación de nadie somos personas de carne y hueso tratando de empujar cambios, no somos elmpleadxs de nadie ni cana ni preceptoras no tenemos obligación de nada.
El ser y respresentarse en una lucha es sencillamente estar y poner el cuerpo, no hay vueltas, no hay otra, estamos cuando estamos y cuando ponemos nuestras prioridades como seres políticos en términos más amplios en segundo plano por este tema. No le robamos el activismo a nadie ni me interesa pensar que me lo roban a mí, pero lo cierto es que si pensas que el aborto sale solamente por movilizar llegaste a un grado de realismo mágico inédito.