Millones de personas cambiarán su lugar de votación. Muchos electores se sorprendieron al descubrir que les habían asignado sedes diferentes que en 2015. Hay 32 millones de personas habilitadas para votar.

Manuel tiene domicilio en San Telmo y vota hace diez años en la sede de la Universidad Kennedy, en Perú entre San Juan y Humberto 1º. Este año, para las elecciones primarias del 13 de agosto, le asignaron la escuela N°3 de Recuperación, en Piedras 1430. La distancia de su casa sigue siendo de cinco cuadras. A su hermano le pasó lo mismo.

Gaspar vive en Colegiales y hasta 2015 votaba a ocho cuadras de su casa, en el colegio Nro 8 Julio Argentino Roca de Belgrano R. Este año lo pasaron al Compañía de María, a sólo media cuadra de su departamento.

Desde el 14 de julio, cuando la Justicia Nacional Electoral publicó el padrón definitivo, muchos ciudadanos descubrieron que, en comparación con 2015, les habían asignado escuelas distintas para emitir su voto. Algunos creyeron que fue para aproximarlos a las sedes; otros que se trataba de un error aislado. Pero esto ocurre en cada elección, en todo el país, y la causa es otra. Según explicaron en la Cámara Nacional Electoral, responde al crecimiento de la población.

El padrón definitivo (registro donde se encuentran inscriptos los ciudadanos habilitados para participar en las elecciones) se divide en secciones electorales y luego en circuitos electorales (que en la Capital coinciden con los barrios y en la provincia con las localidades). Dentro de esta subdivisión, los ciudadanos se distribuyen en las mesas por orden alfabético. Cuando aumenta la población, los electores se van «corriendo» según las primeras letras de sus apellidos. Por eso los miembros de la misma familia suelen ser afectados al mismo tiempo.

Desde la CNE, el secretario de Actuación Electoral, Sebastián Schimmel, presentó un ejemplo hipotético (los detalles no son exactos): «En el circuito de Recoleta, según el orden alfabético, en las mesas de la 1 a la 10, todos los electores con apellidos que comienzan con las letras de la A a la C votan en la Facultad de Ingeniería. En orden, los de las mesas 11 a 30 que tienen apellidos que empiezan con letras entre la G y la N votan en la Facultad de Derecho. Y así sucesivamente. Cuando crece el padrón y aumenta la cantidad de electores con apellidos que empiezan -por ejemplo- con A, los que tienen apellidos con F, que hasta ahora votaban en Ingeniería, ya no tienen lugar. Entonces se les asigna la siguiente escuela que figura en el circuito. Esto es lo que genera el desplazamiento de votantes», explicó.

Este año, el impacto es mayor en la provincia de Buenos Aires ya que durante 2016, la justicia electoral bonaerense realizó un relevamiento de establecimientos de votación y reemplazó los que se encontraban en peores condiciones por edificios más nuevos.

La CNE no analizó la cantidad exacta de electores que vieron modificadas las escuelas donde votan este año, aunque en sus despachos estiman que en la provincia se trata de entre un 15 y un 20 por ciento del total. Con 12 millones de electores bonaerenses, 2 millones de personas aproximadamente votarán en un lugar distinto al de las elecciones pasadas. Es por esto que recomendaron verificar con el padrón, en cada elección, la escuela asignada.

Más allá de los cambios respecto de los comicios pasados, también se producen traslados de último momento, aunque desde la CNE aseguran que son excepcionales. En general, después de la primera asignación de mesas sólo puede haber cambios por razones de fuerza mayor, por ejemplo, incendio o inundación en las instituciones designadas para votar.

Fuente: La Nación