Icono del sitio Cuarto Poder

A López le decían El Tío

Néstor Ángel López fue procesado en la Justicia Federal por tráfico de drogas. Pariente del exgobernador Juan Romero y que años atrás lo involucró, junto al exescribano de Gobierno, Víctor Manuel Brizuela y a Jorge Brito, del Banco Macro, en el negocio inmobiliario de La Ciénaga. (Aníbal Roldan)

La mujer de López, en una denuncia que le realizó por violencia de género, es quien aportó su número de celular que tras ser cruzado por los investigadores permitió su detención en Metán.

Emilio Saracho, un narcotraficante de Santiago del Estero, venía siendo escuchado por la UFINAR. En las escuchas apareció un tal “Tío” —que no era otro que Néstor López— muy interesado en realizar la  operación. Los fiscales, en efecto, siguieron las conversaciones entre Saracho y López. “No hables mucho, no hables mucho… estás hablando por teléfono”, le habría dicho al capo narco. A lo que López respondió: “Yo quiero que el lunes sí o sí vamos a jugar a la pelota”. A esa altura todos sus pasos ya eran conocidos.

Posteriormente, desde abril hasta fines de julio, las comunicaciones fueron para cerrar detalles tales como el vehículo que iba a utilizar, el lugar en que debía ir acondicionada la droga, y qué cantidad podía llevar.

López siempre se mostró apurado por concretar el tráfico de cocaína puesto que necesitaba el dinero. Las últimas conversaciones marcaron a la justicia el alerta en el corredor de Salta a Córdoba, siendo el vehículo señalado como el Mercedes Benz de López.

El auto fue seguido por la justicia desde el expeaje Aunor —a la salida de Salta— hasta Metán, donde finalmente se bajó la orden para interceptarlo en un control vehicular sobre la ruta 34. Al momento del procedimiento, López llevaba como acompañante a Lucas Figari.

En sus análisis de responsabilidades, el juez federal Julio Bavio, resolvió sobreseer a Figari, directivo de una agencia de seguros que había conocido a López circunstancialmente; al parecer López le dijo a Figari que iba a viajar a Córdoba y le ofreció llevarlo, así se convirtió en el copiloto del supuesto narco.

Según el juez Bavio, el acusado formaba parte de una organización narcotraficante. “La operatoria obedeció al accionar de parte de una organización de carácter estable que se dedicaba al tráfico ilícito de cocaína específicamente al transporte de sustancias estupefacientes desde el Estado Plurinacional de Bolivia hacia el sur de nuestro país para su posterior comercialización”, indicó en su fallo de procesamiento.

Las últimas líneas de una nota publicada el viernes respecto al procesamiento de López, impresionan de manera especial: “Una alta fuente de la justicia federal confirmó que el exgobernador habría realizado contacto con un conocido camarista, quien subió al primer piso con el recado que había recibido. El mismo apuntaba más que nada a saber hasta dónde llegaba la investigación”.

¿Qué sabe Néstor López?

Mucho antes de que fuese noticia su procesamiento por narcotraficante, López fue conocido por haber contado cómo llegaron a ser parte del Estado Provincial las tierras de La Cienaga. 

El hombre era socio de Domingo Martín y vendieron por un valor de un millón 100 mil dólares-pesos al gobierno de Juan Romero, en el año 1998, las 90 hectáreas que iban a ser destinadas a Familia propietaria. 

En una entrevista con Jorge Villazón, efectuada años atrás, López —evidentemente enojado por quedar afuera de los beneficios— involucró en ese negocio inmobiliario además de al exgobernador de Salta, al exescribano de Gobierno, Víctor Manuel Brizuela, y a Jorge Brito, empresario ligado al Banco Macro. 

Según declaró su socio de Domingo Martín, estaba comprometido con una deuda y necesitaba vender los mencionados terrenos para poder pagar. “El banco Macro lo ejecuta a Domingo Martín y tenía, si no me equivoco, fecha ya fijada de subasta 27 de diciembre de 1997. Entonces estaba desesperado este hombre. Como socios que éramos de las tierras viene y me plantea su inquietud”, dijo en aquella oportunidad.

Siempre según su testimonio, para conseguir dinero “yo lo llamo a Juan Carlos. Yo me comunico con Juan Carlos y le digo ‘mirá quiero reunirme con vos, pasa tal cosa. El 27 de diciembre le van a rematar a este hombre ¿Qué podemos hacer? Mirá estas tierras son muy buenas, tierras espectaculares’ (…) Le digo ‘estas tierras… se estaban explotando en ese momento, las estaban usando, gente plantaba una parte tabaco, otra maíz, tienen agua tienen todo, espectaculares, le digo ‘mirá esta es una tierra espectacular. Estas tierras a futuro van a ser el mejor negocio inmobiliario’”.

“Yo soy el culpable de avivar, de hacerle ver en el 98’ lo que en el 2009 parece que todavía no había visto ¿Si? (…) Yo lo planteo a esto como un negocio privado con Juan Carlos (…) Yo no ofrecía que ponga la plata el Estado, en ningún momento, yo dije che le demos una mano a Mingo”.

Juan Carlos Romero le dijo: yo no puedo hacer este negocio, no tengo plata. Y luego le propuso comprarlas en nombre de la provincia con el objeto de hacer viviendas. Curiosamente, se concretó todo en el banco Macro (acreedor de la deuda) y en la escribanía de Brizuela.

A Romero no le causó mucha gracia lo contado por López años atrás, ahora tampoco le debe causar gracia que salpique a la familia de esta manera. Se imagina lector si en la oscuridad de su celda se vuelve a arrepentir y dice que la droga que llevaba era de… Bueno mejor no especular, tal vez eso sólo pase en Buenos Aires.  

Por lo pronto según una fuente informativa: Juan Romero tiene interés en saber hasta dónde llega todo esto.