Estas líneas están dedicadas a todos los amigos de Cuarto Poder convencidos de que los EE.UU tienen la mejor democracia del mundo.
Lo impensado para miles de argentimedios finalmente ha ocurrido: el país de sus sueños, el lugar al que siempre desearon emular, el horizonte para cientos de dirigentes que aseguraban que allí residía el futuro, ese país que usó su poderosa industria cinematográfica para ridiculizar a gobernantes a los que catalogaban de comunistas obsoletos en Latinoamérica o fundamentalistas irracionales en Medio Oriente; ahora cuentan con su pichón de tirano que ni el mismísimo Gabriel García Márquez podría haber imaginado más loco, irracional y peligroso.
Dicho esto, queremos destacar el evidente hecho de que el sudaca presuntuoso pueda al fin asegurar que ya se parece a la mayoría de los ciudadanos norteamericanos que como los primeros, también optaron por esos hombres que hacen política gritando que la política y los políticos los asquean y se enorgullecen por no simpatizar con partidos políticos porque siendo cierto que Donald Trump se montó en el partido republicano para llegar a donde llegó, no lo es menos que ese multimillonario nunca comprometió fidelidad a los objetivos de ese partido que, dicho sea de paso, tampoco es un ejemplo para el mundo.
Finalmente, desde Cuarto Poder hacemos fuerzas para que el argentimedio evite deslizarse imprudentemente a esas posturas excluyentes que Trump avaló con actos, gestos y enunciados que no buscaba llegar a la razón de las personas sino a sus emociones más primitivas con el objeto de bloquear el espíritu crítico al que ciudadanos de todos el mundo buscan aferrarse en medio de un proceso entre desconcertante y peligroso en donde pululan fachos silvestres inclinados a creer que con una docena de palabras puede resumirse la verdad última de las cosas que para el facho es siempre absoluta y simple.