La problemática del desempleo volvió al centro de la escena económica, a pesar de que el Gobierno aseguraba que no. Según el Indec la desocupación pasó del 6% al 9%, la subocupación creció de 9 a 11% y el trabajo no registrado, de 31,9 a 33,4.
La tasa de desocupación se disparó al 9,3 por ciento en el segundo trimestre del año, contra el 6,6 de igual período de 2015 y el 5,9 del tercer trimestre del año pasado, según la información del Indec. El organismo de estadísticas volvió a difundir las cifras de empleo, que muestran de lleno el primer impacto de la política económica del macrismo. También creció la subocupación, de 9,0 a 11,2 por ciento. Los números oficiales dan cuenta de que eran ciertas las advertencias de los gremios y las quejas de las pymes, así como también las cifras de organismos descentralizados, consultoras y centros de investigación, que alertaron sobre el deterioro del mercado de trabajo a raíz de los despidos en el sector público, el desplome de las ventas en el mercado interno, la baja de exportaciones y apertura de importaciones. En el Indec plantearon que hasta 2015 había “errores e irregularidades” en las cifras oficiales, de modo de justificar también que el organismo dejó en blanco la información del cuarto trimestre del año pasado y el primero de 2016 (ver aparte).
Entre las mujeres, el desempleo asciende al 10,5 por ciento y la subocupación, al 13,9 por ciento, mientras que los varones registran 8,5 por ciento y 9,2, respectivamente. El grupo etario más afectado es el de los jóvenes menores a 29 años, con el 18,9 por ciento de desocupación. Además, a la par de los despidos y otras formas de desvinculación laboral y el aumento de la subocupación, en el curso del último año creció el empleo no registrado del 31,9 al 33,4 por ciento.
La cantidad de desocupados en los 31 aglomerados urbanos que releva el Indec fue en el segundo trimestre de 2014 de 890 mil personas, que se redujo en el mismo período de 2015 a 783 mil individuos. La cifra se ubicó este año en 1.162.779 desocupados, lo que supone un aumento de casi 380 mil trabajadores en esa condición. La suba en el desempleo ya no es materia de discusión desde hace varios meses a partir de datos oficiales vinculados a la evolución de los asalariados del sector registrado. Sin embargo, el número del Indec, que se construye a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que abarca a 31 ciudades en todo el país, da cuenta del cuadro completo del mundo laboral, incluyendo a los asalariados no registrados, monotributistas y trabajadores autogestivos de la economía informal.
Los indicadores laborales mejoraron en 2015 con respecto al año anterior, a pesar del relato oficial acerca del supuesto total estancamiento del empleo desde 2011. Desde el segundo trimestre de 2014, la desocupación pasó de 7,5 al 6,6 el año pasado y se ubica ahora en 9,3 por ciento. La subocupación se movió de 9,4 al 9,0 y este año subió al 11,2 por ciento. A su vez, en el tercer trimestre de 2015 la desocupación había caído a 5,9 por ciento, el registro más bajo en 28 años, y la subocupación se encontraba en 8,6 por ciento. La tasa de actividad, en cambio, subió de 44,6 a 46,0 por ciento entre el segundo trimestre de 2015 e igual período de este año, en tanto que la tasa de empleo se movió del 41,5 al 41,7 por ciento.
El deterioro del mercado de trabajo se explica por varios factores que actúan en conjunto. Uno de ellos es la política de despidos masivos en el Estado nacional y en los niveles provinciales y municipales, que además de perjudicar directamente a miles de trabajadores, supuso una contundente señal anti-empleo para los empresarios. En el sector privado, la fuerte caída de las ventas en prácticamente todos los rubros de la economía, a causa de la disparada inflacionaria que provocó la devaluación, repercutió en el empleo. Además, el Gobierno permitió el aumento de las importaciones a pesar de que el mercado interno está en retracción. Para colmo, las exportaciones caen por la crisis de Brasil.
En relación al tercer trimestre del año pasado, último dato que hasta ayer había publicado el Indec, la desocupación creció en el Conurbano bonaerense del 6,7 al 11,2 por ciento, con lo que se convirtió en una de las regiones con más alta proporción de desocupados. En ese escalón también están Gran Córdoba (11,5) y Gran Rosario (11,7 por ciento). Se trata de zonas de alta densidad industrial. En el Conurbano, las fábricas metalúrgicas y textiles dominan los reclamos; en el caso rosarino, los sectores más afectados son línea blanca y carrocerías, mientras en Córdoba las automotrices y autopartistas transitan una situación muy compleja. En los tres casos hubo despidos y cierre de empresas que venían mal y que no soportaron la política económica del macrismo. También hubo suba de las suspensiones y reducción de personal y de trabajo a partir de retiros voluntarios y recorte de horas extra.
El 15,7 por ciento de los ocupados tienen la necesidad de trabajar más, según una nueva categoría que empezó a publicar el Indec. Por encima de ese promedio está la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano (17,6 por ciento) y el noroeste (18,6), particularmente Tucumán y Salta. Los ocupados que se encuentran en esa condición ascendieron al 21,2 por ciento en Gran Córdoba y al 20 por ciento en Mar del Plata. La contracción del empleo a lo largo de este año se verificó con mayor contundencia en el sector de la construcción y la industria manufacturera, particularmente el sector maderero, tabaco, automotriz, textil y fabricación de maquinaria y equipo. También cayó fuerte el empleo en las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler, transporte, almacenamiento y comunicación, explotación de minas y canteras y hoteles y restaurantes.
Fuente: Página 12