Gustavo Zanchetta está preso en la Comisaría 20 de Orán. Hoy fue sentenciado a cuatro años y medio de prisión por abuso sexual simple, un delito difícil de probar. Repercusión mundial.
En un fallo inédito, el ex obispo de Orán y sacerdote del culto católico, Gustavo Zanchetta, fue condenado a cuatro años y medio de prisión efectiva por abuso sexual simple de dos seminaristas.
Así, Zanchetta se convirtió en el primer obispo de Argentina en ser condenado por uno de los delitos más difíciles de probar porque son hechos que por su propia naturaleza suelen tener lugar en ámbitos de intimidad y confianza.
Según señalan los especialistas en delitos contra la integridad sexual la condena en los casos de abuso sexual simple se logra, ni más ni menos, en la investigación que se realice. El grado de certeza requerido para un pronunciamiento condenatorio se complementa generalmente con pruebas indirectas: en lo sustancial, el dictamen debidamente fundado de los profesionales intervinientes y las declaraciones de terceros que reproducen lo que a ellos les contó la víctima o que narran circunstancias que percibieron y resultan conducentes a la investigación.
En el caso de Zanchetta, varios ex seminaristas pasaron por la sala de juicio para dar su testimonio y todos –sin excepción- reforzaron el testimonio de las dos víctimas. Para más INRI del ex obispo, tres sacerdotes también declararon sobre las conductas inadecuadas de su compañero de clero.
Los informes psicológicos y psiquiátricos fueron contundentes: lo presentaron como una persona con rasgos psicopáticos y con una grave falla del control de los impulsos; manipuladora de la situación de acuerdo a su conveniencia, que percibe a los demás como objetos para conseguir sus objetivos y que observa la realidad de acuerdo a su propia conveniencia.
En resumen, la Fiscalía armó un caso sólido y a los jueces no les quedó otra que condenar a un obispo, amigo del Papa Francisco, en la tierra del máximo referente de la Iglesia Católica.
La contundencia de los testimonios fue tal, que hasta el Episcopado Argentino pidió perdón a las víctimas de Zanchetta a través de un comunicado en el que expresó “Queremos manifestar nuestra cercanía con las víctimas y expresarles un fuerte y sincero pedido de perdón en nombre de toda la Iglesia”.