El Centro de Economía Política Argentina aseguró que, contrario a lo que dice el presidente Mauricio Macri, no existe relación directa entre el conflicto social y la protesta laboral con la demora de la llegada de inversiones al país.

El jueves mientras el insoportable Baby Etchecopar gritaba extasiado por radio y festejaba “como si fueran goles”, según sus propias palabras, los golpes que efectivos de las fuerzas de seguridad propinaban a los que querían cortar los accesos a Buenos Aires para robustecer el paro de actividades convocado por la CGT y  la CTA en reclamo de mejores condiciones laborales y salariales, pareció hacerse evidente la idea del gobierno (o al menos de parte del gobierno) de terminar con la protesta social.

“Hoy estamos muy felices, por lo menos en lo que a mí respecta, que voté a Macri. Cada vez que veía que bajaba un machete de la Gendarmería, yo ponía el himno nacional” celebraba el desencajado comunicador y vociferaba “Al fin vimos los palos, al fin vimos que los están cagando a patadas en el orto. Y los que se preguntaban esta mañana en la tele, ‘¿hacía falta reprimir?’… Sí, te lo contesto yo, sí, porque sabés qué pasa, esos alcornoques no entienden más palabras que el golpe, porque son bestias, porque ellos se manejan con el golpe, porque cuando pasás te cagan a trompadas, te escupen y te mean, porque ese es el diálogo de ellos. No entienden diálogo”.

Pero, más allá de las exageraciones y bravuconadas frente al micrófono de un enano fascista, el mensaje va en sintonía con lo expresado no hace muchas veces por el presidente Mauricio Macri: la conflictividad social espanta inversores y, en consecuencia, aleja las inversiones que el país necesita para su desarrollo.

“Mauricio Macri aseguró que la conflictividad en el país ‘influye’ para la demorada llegada de inversiones” tituló el portal web Infobae para dar cuenta, hace pocos días, de las palabras del presidente en el cierre de su visita a Holanda. Esa definición, lineal y directa relación entre conflicto social e inversión económica, fue rebatida sin embargo en un reciente documento del Centro de Economía Política Argentina que integran numerosos académicos de las universidades públicas del país.

“No existe una relación entre los conflictos y la inversión. En efecto, al considerar los últimos 6 años y el primer semestre de 2016, se comprueba que sólo entre 2011-2012, 2013-2014 y el primer semestre de 2016 existe una relación inversa entre conflictos e inversión, es decir, cae la inversión y aumentan los conflictos” dice el documento comparativo entre los Conflictos y la Formación Bruta de Capital Fijo como aproximación a la inversión y añade que “Se percibe asimismo que en 2009-2010, 2012-2013 y 2014-2015, la relación es directa, es decir, aumentan los conflictos y aumenta la inversión y viceversa, mientras que para 2010-2011 se mantiene la cantidad de conflictos y la inversión aumenta sensiblemente”.

El trabajo de CEPA agrega que “Es posible imaginar que la decisión de invertir es posterior al conflicto. Uno podría pensar que si hay conflictos hoy, en el futuro habrá menos inversión” pero aun considerando un desfasaje de 6 meses entre conflicto e inversión tampoco se comprueba esa relación. “Al considerar los últimos 6 años y el primer semestre de 2016, se comprueba que sólo en dos períodos la relación es inversa entre conflictos e inversión, es decir, cae la inversión y aumentan los conflictos” precisa el informe y confirma que esta sentencia alcanza tanto a la inversión nacional como extranjera.

El director del CEPA, Hernán Letcher, contador por la UBA y master en Economía Política por la FLACSO, argumentó que las palabras del presidente, avaladas por las de influyentes empresarios como Eduardo Eurnekian que expresó que “el dinero no va a venir porque todos los días hay un despelote”, constituyen “la enésima razón sostenida por el gobierno para explicar la escasa llegada de inversiones a nuestro país”.

Además, el académico advirtió que el discurso repetido por Mauricio Macri “tiene naturalmente como finalidad condicionar las demandas populares y apelar a la aceptación silenciosa de las políticas que significaron una fenomenal transferencia de ingresos a favor de los sectores concentrados”.

“El ataque a los docentes bonaerenses, la estigmatización a su secretario Roberto Baradel, los avances orientados a quitar la personería gremial a quienes reclaman, los acuerdos de flexibilización laboral y la participación activa del Ministerio de Trabajo a favor del capital se suman a la pérdida de puestos de trabajo y caída de salario real como mecanismos promovidos por el gobierno para disciplinar a los trabajadores y favorecer al empresariado concentrado” sentenció Letcher al ser consultado por el repetido mensaje presidencial.