Las normas de cortesía cedieron y una reunión para informar sobre la resolución que suspendió los concursos docentes en la facultad de Humanidades, convergió en marcha y toma del Rectorado. En la universidad la diferencia de sueldos entre docentes y autoridades es monumental. (Eusebio Marai)

 

La idea de los convocados humanos era presentar sobre tablas el pedido de reconsideración y derogación de la resolución que congela los llamados a concurso. Pero como sólo se hicieron presente ocho consejeros -entre los que se descontaba a los más oficialistas o rectorizables-, no hubo quórum y a las 16.30 el vicerrector Miguel Boso levantó la sesión. Y toma, y convocatoria a sesión y continuará…

Paradoja

No es mala la paradoja. Pero es paradoja. Si el motivo de la parálisis institucional de Humanidades decidida por mayoría unas semanas atrás por el Consejo Superior de la U.N.Sa. está en los rojos  que surgen de pago de sueldos, bien cabe preguntarse cuáles son las dimensiones de los mismos. El Ministerio de Educación, en sus cálculos globales, estima que hasta el 90 % del presupuesto se puede destinar a salarios pero cada universidad decide cómo distribuye ese presupuesto de acuerdo a los sueldos de convenio para docentes y no docentes. Los únicos sueldos que no están normatizados en el sistema son los de las autoridades. Así cada universidad, en el marco de un artículo de la Ley de Educación Superior puede determinarlos.

Mientras los sueldos de las docentes de humanidades a quienes se les privó de la mitad de su haber giran en torno a los 3000 pesos (que luego de la magnánima decisión quedaron en 1500), según la resolución Res. CS 455/11 hoy los sueldos de las autoridades van desde los 43.300 pesos para el Rector, 38.100 para el Vicerrector y 32.900 para los decanos y se derraman hacia abajo en autoridades de las facultades y presidencia del CIUNSa -el Consejo de Investigación de la casa de estudios- y las coordinaciones (Administrativa, Asesoría Jurídica y Obras y Servicios).

Haciendo un cálculo rápido se puede decir que por mes la Universidad Nacional de Salta gasta en  salarios de autoridades una suma aproximada de 800.000 pesos. Por mes.  Esta cifra -mensual- se incrementa con el costo salarial de tres directores de sedes, dos vicedirectores y tres secretarios. No es absurdo. Pero es feudal.

Quiere decir que el rector gana trece veces más que un docente auxiliar de primera de dedicación semiexclusiva que trabaja 20 horas a la semana. Pero si a ese docente le sacan la mitad del sueldo, el rector gana veintiséis veces más que ese docente.

El contrasentido

La resolución Nº 260/13 del Consejo Superior donde se realiza la distribución del presupuesto para este 2013, arroja $ 15.875.264,78 que figuran como “Remanentes de Ejercicios anteriores”. ¿Cómo? Sí. La universidad ha generado ahorros.

Es decir que mientras una unidad académica arde en el fuego del rojo contable -no explícito bajo ningún documento oficial y con cifras que oscilan, bajan, suben, se licuan, reaparecen- la universidad certifica ahorros. Convocado por Cuarto Poder en dos ocasiones para dar detalles y hacer discriminaciones o brindar documentos, el funcionario Miguel Nina, secretario Administrativo Contable de la Universidad, se negó a hablar.

¿De dónde se originan esos ahorros? ¿Son economías de la partida salarial? Si las economías provienen de la partida salarial “gastos en personal”, cómo le “sobraron” a la Universidad quince millones de pesos y por tanto, ¿cómo la institución se permite decir que Humanidades está en “rojo”, si el fondo para pagar salarios es uno solo. ¿Podríamos ver el documento o informe que detalla y discrimina el gasto excedido de la Facultad de Humanidades y el uso global del Inciso 1, es decir, la partida de sueldos de la casa?

El “inciso 1” (salarios) es uno solo, no tiene partidas especiales. El ministerio nacional no discrimina por facultades, lo que hace la cartera es acordar los incrementos salariales de acuerdo a las paritarias de cada sector y sobre la planta liquidada en algún mes del año.

La partida de salarios representa el 85 o 90 % del presupuesto de la Universidad. El presupuesto es de 370 millones de pesos. Significa que alrededor de 300 millones se utilizan en pago al personal.  Un dato no menor es que los consejeros superiores según la Ley de Educación Superior son responsables con su patrimonio del manejo presupuestario de la Universidad. ¿Conocen ellos cómo está distribuida esa cifra?

Procreación financiera

Del superávit a la generación de recursos financieros hay un trecho. Pero ese tramo está. La U.N.Sa. tiene 14 millones de pesos de economías de personal en plazo fijo en el Banco Patagonia, lo que brinda unos 200 mil pesos en intereses por mes. Extravagante.

El plazo fijo no-es-no-legal, pero no tiene resolución del Consejo Superior. Se sostiene sobre un expediente de un plazo fijo anterior, el 23400/2011, cuyo certificado es el 512159. Sí. El origen de los fondos es de haberes, o sea inciso 1. Otra pregunta, ¿esa cifra está incluida en la distribución presupuestaria 2013? A dónde, a quiénes, en virtud de qué.

La contradicción que aparece en estas instancias nos invita a pensar. Con los 200 mil pesos por mes se le podría pagar un cargo auxiliar de dedicación semiexclusiva a sesenta (60) docentes. De cualquier facultad y sin necesidad de recurrir a los gastos de funcionamiento. O se podría pensar en mejores cargos, mejores sueldos, mayor categoría y dedicación como lo establece el Estatuto de la Universidad que sostiene que el Consejo Superior garantiza la carrera académica.

Sin atravesar ningún espejo, con los 14 millones de pesos se podría haber pagado nueve mil trescientas treinta y tres (9333) veces los 1500 pesos que se les sacó a las docentes de Educación porque no había recursos.

Acceso a la información

Los pedidos por escrito a las autoridades de la UNSa sobre montos recibidos y discriminados, las fuentes de financiamiento, el tipo de cálculo que proyecta las distribuciones presupuestarias por facultad y por sede, y la falta de respuesta formal son una constante de acuerdo a lo manifestado por diferentes actores de la comunidad académica. Tampoco parece haber una publicación o aprobación de las actas de lo que se decide en el Consejo Superior. A lo mejor el manejo de la desinformación es un signo elegido por la gestión.

La suspensión de concursos

La resolución del Consejo Superior que motivó la toma del rectorado habla de una “necesidad de financiamiento” de la Facultad de Humanidades de 437 mil pesos originada en el 2012, según informe de la Dirección General de Administración de la Universidad.

Para “dar solución a los docentes” “afectados en sus derechos”, “las autoridades -de la facultad- se comprometen a presentar un “plan de saneamiento” y que por ello el Consejo Superior resuelve “disponer que toda vacante de cargos docentes existentes no podrán (sic) ser objeto de llamado a concurso, llamados (sic) a inscripción ni utilización de las economías de los mismos hasta tanto…”. Y esto, provocado por esa “necesidad de financiamiento” que provoca el “desfinanciamiento de la planta”.