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Aprendices de brujos

(Irresponsables o Déjense de joder)

Por Alejandro Saravia (*)

En su carta pública del jueves, Cristina Fernández de Kirchner reprocha a Alberto Fernández no responder a su acto de alta magnanimidad cuando, ella, la única y alta magistrada, la que está por encima de las leyes y a quien la historia no sólo absolvió sino que le tiene un sitio reservado al lado de San Martín y Belgrano, del que si hubiera vivido en su época habría sido su amante, cuando ella, digo, lo designó para ser el próximo presidente de los argentinos. Él es su hechura y le debe pleitesía y obediencia. En una palabra: ser su títere. Aún más todavía. Too much, como ELLA diría.

¿Qué es lo que está haciendo la vicepresidenta en definitiva con su carta del jueves y la puteada que le manda a Fernández por interpósita persona, léase diputada Fernanda Vallejos? Sencillo, separarse de la derrota. Hacerse la distraída, o bien la boluda como diría, con la sutileza que lo caracteriza, el canciller Felipe Solá.

Busca apartarse de una simple encuesta que es, en definitiva, lo que son las PASO. Una encuesta inventada por ellos mismos. Se suele decir que cualquier zonzo hace negocios teniendo plata. El asunto es hacerlos sin un peso. Al cambio, eso equivale a decir que cualquier populista gana elecciones repartiendo plata, que es lo que pretende la vice. El asunto es ganarlas sin tenerla. Que es lo que sucede en nuestro país. Si es así, la alternativa de ella es imprimir más billetes, o crear una cuasi moneda no convertible con dólares, y que nos reventemos con la hiperinflación que vendría después. El “Rodrigazo” sería un poroto. Sí, cualquier zonzo hace negocios con plata.

Confieso que dudé al ponerle título a esta columna. Pensé en “Aprendiz de brujo”; “Irresponsables”; “Déjense de joder”. El primero, “Aprendiz de brujo” se vincula con el reproche de la vice al presidente porque éste, al supuestamente desobedecerla, estaría rompiendo con el pacto implícito en su dedazo: vos tenés que hacer lo que yo te diga que para eso te hice presidente. 

Como ustedes sabrán el aprendiz de brujo deviene de un poema de Goethe que Dukas llevó a la música y Disney al cine. Se trata del aprendiz en las artes de la brujería que en ausencia del brujo incumple sus advertencias y todo se le va de las manos. Es una fantasía paralela a la de Frankestein, la novela gótica de Mary Shelley, en la que jugando a ser dios crea un ser vivo que se escapa también de las manos del creador. A eso jugó Ella, y debe ser responsable de su obra. Salga pato o gallareta.

Dudé en titularla, por eso mismo, “Los irresponsables”. Porque si bien, a grupas del fracaso del gobernante que los precedió y la táctica electoral les salió bien, en el plano de la estrategia se bifurcaron y  no se sabe si perdieron la gran encuesta por lo de ella o por lo de él. Es decir, si por las infantilidades del kirchnerismo, ideas que fracasaron hace ya más de cincuenta años, o por la inoperancia del delegado. Lo que es real es que enfrentan al país a un nuevo derrumbe, a una nueva desilusión, a un nuevo fracaso. Y van…

Por fin, dudé en titularla “Déjense de joder”, como los carteles que empapelaron el centro de la Ciudad Autónoma con el lema de Perón, nunca aplicado: primero la Patria, después el Movimiento, por último los hombres. Acá a fuerza de narcisismo se quedaron en la ternera opción, imposibilitados de salir del pantano de la propia egolatría.

Como sea, Fernández tiene por delante aún dos años de gobierno. Y, como decíamos los otros días, los mismos dos años que tuvo en su momento Carlos Pellegrini, quien a fuerza de muñeca superó la onda crisis económica de 1890; la Revolución del Parque, donde nace el radicalismo; creó el Banco Nación y reencauzó al país hacia su desarrollo. Por eso pasó a la historia como un piloto de tormentas. Acá hay no una tormenta sino una nueva interna peronista que por su efecto expansivo, con la irresponsabilidad que los caracteriza, invade todo el escenario nacional, como en los 70. Y nos vuelven a empantanar. Por suerte, si bien sigue la agonía de la Argentina peronista, Halperín Donghi dixit, el peronismo como se lo conoció muestra ya signos de extinción. Agotó todas las cajas y todas las paciencias. Demasiado.

En verdad no sé cómo terminará este sainete. Al momento de escribir esto no hay definiciones. Pero, paradójicamente, ambos tienen razón. Cambiando el gabinete ahora podrían mejorar su perfomance de noviembre. Pero cambiándolo ahora, y si en noviembre les va mal, ¿qué hacen?; ¿quién renuncia?; ¿ella o él?; ¿Ambos, quizás? Ella necesita fueros, él necesita una vidriera para esconder su mediocridad. Ambos necesitan un disfraz para ocultar su irresponsabilidad.

 

                                                                                              (*) Ex Fiscal ante la Corte